Tenemos un nuevo tripulante a bordo de eMOTools y se llama Ignacio Muñoz.
No necesita presentación porque la gente buena en este mundillo se conoce pero por si quieres más pistas, es @Ignacionacho en la Twitosfera y tiene un blog muy visitado que se llama conGestión de Personas.
Aprovecho que en estos días cumplimos el primer mes juntos para compartir mi satisfacción por este fichaje de postín. Él ya hizo su propia lectura de la llegada a eMOTools en su entrada “Sobre mi nueva trayectoria profesional”, por si te apetece leerla.
Nacho se ha incorporado a tiempo parcial, porque quiere seguir impulsando proyectos personales que tenía antes de venirse con nosotros. Así que vamos a ensayar con él una suerte de “híbrido” entre empresa y trabajo en red, porque en algunos proyectos él irá como Nacho-a-secas, y en otros como Nacho-eMOTools. No está mal ¿eh?, será divertido… ¡¡y retador!!, porque esa ambigüedad vendrá bien para liberar unas cuantas toxinas de perfeccionista que me sobran.
Además de darle la bienvenida a Nacho, quería reflexionar sobre la experiencia que ha significado para mí la integración de una persona como él a nuestro equipo. He aprendido del proceso, y puede valer la pena que lo cuente aquí porque sé que es un dilema que suelen tener muchos emprendedores.
Empezaré diciendo que cuando Nacho me comentó la posibilidad de trabajar con nosotros, además de alegría y sorpresa, me generó un sentimiento que (speaking in silver) se parece bastante al acojone. La alegría se entiende porque a cualquier empresa le gustaría tenerlo en su equipo pues combina dos virtudes que no son tan fáciles de encontrar juntas: talento con talante.
Sentí sorpresa porque aunque estoy muy contento con lo que hemos conseguido en eMOTools, que no es poco, tengo una percepción prudente y comedida de lo que este proyecto pueda significar para otros, así que no esperaba que un tío como él estuviera interesado en trabajar con nosotros. La forma en que Nacho se acercó y nos habló de la idea que se había hecho de eMOTools fue muy agradable para mí.
Y digo que sentí acojone porque la posibilidad de integrar a otra persona en nuestro equipo me tomó de sorpresa y no era un objetivo que buscara, pues estaba sumido desde hace unos meses en un proceso de reflexión sobre mi futuro, y sobre la conveniencia de seguir con un proyecto empresarial que apenas me deja tiempo para leer, investigar y escribir, que es lo que más me gusta.
Pues nada, en medio de mi dilema vital me llegó la propuesta de Nacho, y dinamitó mi tempo de decisión. Sabía que nuestra empresa necesita una persona de sus características para contribuir a romper la situación de embudo que tenemos (el embudo, siento decirlo, soy yo), introducir ideas frescas en un equipo que ya lleva algunos años juntos, y aportar capacidades complementarias que no tenemos. Pero al mismo tiempo me generaba desazón la idea de crecer en personas y en costes, cuando lo que estaba buscando era simplificar mi vida. En fin, ya sabéis, un clásico, un conflicto vivido por muchos emprendedores.
Así que en medio de la duda dejé el asunto en stand-by, no tomé ninguna decisión, y me fui de migración creativa al Sur, a tomar distancia para recuperar mi capacidad de pensar. El descanso bien hecho es una estupenda fuente de sabiduría, y juro que la decisión final la tomé en pleno vuelo de regreso a España, y fue: ¡¡adelante con el proyecto-Nacho!!
Pero quedaban todavía flecos importantes por resolver. Si formas parte de un equipo de personas que lleva años trabajando cohesionado y siguiendo un modelo bastante parecido a una cooperativa, donde se reflexiona juntos sobre cualquier decisión importante, éste no sería para menos.
Un primer asunto que hay que gestionar con cuidado es el de la equidad salarial, para no generar agravios comparativos. Es un tema delicado, que nunca complace a todos, pero que hay que abordar de frente: las empresas se equivocan bastante a la hora de fijar salarios para la gente que entra nueva porque no cuidan este factor tan sensible: ¿qué pasa con los que llevan ya tiempo dentro, currando a tope por el proyecto?
El segundo es el del feeling, el de la química. Y lo mejor que se me ocurrió hacer fue que Inés y Nati se reunieran con Nacho, sin mi presencia, para que se conocieran bien, y conversaran sobre sus expectativas personales. Quedamos en que la conversación fuera sin guión, abierta, franca, y más para contar lo malo de eMOTools (y del menda) que lo bueno… bajo la premisa de que “no todo lo que brilla es oro” pues todas las organizaciones tienen sus miserias y la nuestra, desde luego, las tiene.
Todavía me acuerdo el día que Nacho me llamó al móvil, estando yo en el aeropuerto a punto de tomar un vuelo a Bilbao, para contarme que mis compañeras me habían puesto a parir (jjj… bueno, no lo toméis literal, permitidme este puntito de humor para crear ambiente) pero que eso confirmaba su intención de trabajar con nosotros, porque había sido un diálogo fluido y sincero, así que sabía bien dónde se metía.
A partir de ahí todo fue sobre ruedas. El aterrizaje de Nacho se ha asumido como un revulsivo, así que estrenamos su incorporación el 10 de Mayo organizando un “taller de reflexión” en un precioso hotel rural en plena montaña de Tolox, un hotel que hasta ahora me ha traído mucha suerte en mis migraciones creativas.
El taller fue genial, estuvimos dando el palique todo el día, hasta el atardecer, con comida incluida. La primera parte estuvo dedicada a depurar nuestras frustraciones, a pensar juntos en qué medida eMOTools servía de contenedor adecuado para potenciar los talentos y las expectativas personales. Esta reflexión era necesaria porque desde hace tiempo nos veníamos quejando (yo el primero) de que este proyecto era más una “empresa de autor” que una “empresa de verdad”, y que necesitábamos un modelo de gestión que permitiera un reparto más equitativo de la carga de trabajo y una proyección hacia afuera que reforzara las identidades de todos. La participación de Nacho ayudó a que ese dialogo fuera más rico y honesto.
Aunque esto merece un post aparte, una idea recurrente en la reflexión que tuvimos es que una empresa debe saber articular con generosidad las identidades de las personas que trabajan en ella. Dicho de un modo más claro: la marca-empresa se construye sobre el crecimiento de las identidades profesionales de su gente, y no tiene por qué opacar o competir con lo que algunos llamarían las “marcas-personales”.
Toda la estrategia de eMOTools a partir de ahora va a poner el acento en esta idea tan simple: potenciar la realización profesional de las personas que lo forman, y no al revés. En la medida que Inés, Nati, Nacho y Amalio tengan una identidad reconocible y bien valorada en la red, así de positiva será la imagen de eMOTools. Es un Ganar-Ganar como la copa de un pino, y mira que cuesta que se entienda.
Así que desde la lógica de eMOTools, concebimos a esto que llaman “empresa” como un constructo artificial que sirve de mero contenedor-disparador para potenciar el talento de las personas. No es ni más, ni menos que eso, pero obviamente nadie dice que eso sea fácil (más bien todo lo contrario), porque nos movemos por territorios ambiguos, paradójicos, con potenciales conflictos, como ocurre con la mayoría de las cosas que valen la pena.
La segunda parte de nuestro taller montañero estuvo dedicado a delimitar el nuevo “espacio de creación” de eMOTools, re-definiendo nuestras futuras líneas de trabajo para ganar en foco y, sobre todo, conseguir que las expectativas individuales de realización encontraran cabida dentro de un catálogo de servicios que tuviera coherencia. De ahí salió un listado de líneas bien perfilado, que pronto tendrá su reflejo en los contenidos digitales que publiquemos en la red.
Por terminar, quiero volver a Nacho. Primero para agradecer a Inés y Nati su generosidad, y el empeño que están poniendo para facilitar la integración del nuevo tripulante. Y después, para resumir qué buscamos mejorar en eMOTools con su entrada:
- Atraer ideas frescas, una mirada de outsider que nos ayude a superar bucles creativos.
- Compartir la carga en proyectos que exijan rigor en la redacción y en acciones formativas enfocadas a directivos.
- Reforzar la calidad de nuestra línea editorial, con la publicación de contenidos atractivos en la nueva versión de la web que estamos diseñando, y mejorar nuestra capacidad de conversación y de generación de contenidos en las redes sociales.
Pues nada, al final me ha salido un post mucho más largo del previsto, porque he unido la bienvenida de Nacho con la reflexión interna que estamos haciendo en eMOTools, pero espero que haya valido la pena compartir estas ideas en forma de relato.
Tienes imágenes de nuestro “taller montañero” en este álbum de Flickr
La entrada Nacho, eMOTools y el taller montañero (post-242) se publicó primero en Amalio Rey.